Reseña: La cena secreta de Javier Sierra
Segundo libro que me
leo de Javier Sierra después de El maestro del Prado y éste me ha gustado
bastante. Muy en la línea de Código da Vinci con enigmas y misterios vinculados
a temas religiosos, engancha desde el principio con una buena ambientación.
Está narrado en primera
persona, por el inquisidor Fray Agustín Leyre, que explica sus vivencias en
Milán para descubrir el misterio que envuelve a la pintura de la Última Cena de
Leonardo da Vinci. Hay algunos capítulos narrados en tercera persona para
darnos información sobre lo que les pasa a otros personajes.
La novela está bien
documentada y ambientada. La acción sucede en el convento e Santa María delle
Grazie y en este sentido me ha recordado a El nombre de la rosa (guardando las distancias), ya que el
inquisidor debe moverse por los entresijos y secretos del convento.
Javier Sierra nos
presenta un Leonardo da Vinci vinculado a los cátaros y con el objetivo de
ocultar un mensaje en la pintura de la Ultima Cena.
Fray Agustín irá adentrándose cada vez más en un amasijo de personajes e intereses que le harán tomar conciencia del peligro al que está expuesto e incluso verá como al final sus principios religiosos se tambalean.
Enigmas, misterios, acertijos,
asesinatos, malos, comunidades ocultas,... toda una mezcla para provocar en el
lector la necesidad de seguir leyendo para ver que ocurre.
Muy recomendable para
evadirse y entretenerse.
Sinopsis
Fray Agustín Leyre,
inquisidor dominico experto en la interpretación de mensajes cifrados, es
enviado a toda prisa a Milán para supervisar los trazos finales que el maestro
Leonardo da Vinci está dando a La Última Cena. La culpa la tiene una serie de
cartas anónimas recibidas en la corte papal de Alejandro VI, en las que se
denuncia que Da Vinci no sólo ha pintado a los Doce sin su preceptivo halo de
santidad, sino que el propio artista se ha retratado en la sagrada escena,
dando la espalda a Jesucristo. El remitente, al que en la Secretaría de Claves
de los Estados Pontificios conocen como “el Agorero”, conoce a la perfección lo
que está ocurriendo en el convento de Santa Maria delle Grazie y, desesperado
por la pasividad de Roma, decide tomarse la justicia por su cuenta y acabar con
los cómplices herejes que sostienen la labor de Leonardo.Tres años de
investigación y viajes a Vinci, Milán, Florencia y Roma han precedido la
publicación de La cena secreta. Durante su trabajo de campo, Javier Sierra se
tropezó con un hecho histórico bastante ignorado: que la región italiana de la
Lombardía acogió entre los siglos XIII y XV a los últimos supervivientes de la
herejía cátara. La Milán que vio Leonardo da Vinci, dejó vivir en paz a los
cátaros represaliados del Languedoc francés que vieron con horror la caída de
sus correligionarios en Montsegur en 1244. Aquellos hombres se hacían llamar
los “puros”, y se creían seguidores de la verdadera tradición apostólica
instaurada por Jesús de Nazaret. Consideraban que San Pedro traicionó por
cuarta vez al Maestro al fundar una iglesia “material”, y veneraban a Juan como
el patrón de su iglesia “espiritual”.
Comentarios
Publicar un comentario