Reseña: La noche del ilusionista de Daniel Kehlmann
La novela está narrada en primera persona, por Arthur Beerholm, un mago obsesionado por llegar al máximo nivel del ilusionismo.
La parte inicial de la novela es algo lenta y poco fluida, ya que Arthur se presenta explicando su vida, su infancia. A través de él conocemos la adopción de bien pequeño, la muerte de su madre adoptiva, el ingreso en un internado suizo y el despertar por los trucos de magia y el ilusionismo.
Arthur se ve atraído por la fascinación de las matemáticas, que le llevara a intentar explicar la naturaleza de la existencia, cuya consecuencias será el ingreso en los estudios de Teología para llegar a entender los hilos que mueven el universo.
Arthur acabará viendo por casualidad un espectáculo de magia que le hará abrir los ojos. A partir de aquí, es una carrera de fondo para conseguir la perfección, el mejor truco, la magia autentica. Acompañamos al ilusionista en su auge como tal, un mago de éxito que es venerado por la crítica. Pero luego, asistimos a su caída y su olvido.
La novela juega con el lector haciéndole dudar de si lo que vive Arthur es real o no. Su intento de lograr el mejor truco de magia le lleva a tomar consciencia que para poder efectuarlo primero debe ser él mismo el que no sea consciente de que está realizando un truco. Es aquí donde se quiebra la fina línea entre l real y lo imaginado.
Asistimos a varias acciones que ponen en tela de juicio nuestra razón aplicada a la magia con truco: llamadas de teléfonos desde cabinas sin servicio, tazas de café que se llenan solas, sillas que se mueven solas, escaparates que se rompen sin que nadie los toque. Arthur nos da a entender que controla la materia de tal forma que puede hacer magia, esa magia que el espectador intuye que hay un hilo que mueve las cosas, pero en su caso no es así.
Arthur lucha por aclararse a sí mismo si lo que hace es magia de verdad o una mera ilusión creada por él mismo. ¿Es él víctima de sus propia ilusión? El lector deberá decidir al respecto.
Se lee con rapidez, no solo por su corta duración, no llega a las 200 páginas, sino por su estilo, con frases muy cortas. Aunque realiza profundas reflexiones sobre la realidad, la vida, la muerte y ciertos episodios dramáticos, el uso del humor mediante la ironía predomina en el relato.
Me ha gustado ese juego de realidad y ficción, magia e ilusión, sin embargo, algunos episodios son demasiado surrealista, rozando a veces el estilo de Kafka, y eso me ha hecho perder en cierto caso la continuidad del relato.
Puntuación: 3/5
Sinopsis
Cuando Arthur Beerholm era todavía un niño, su madrastra murió fulminada por un rayo y a él lo enviaron a un internado esnob y perdido en las montañas. Fue allí donde tuvo su primer (y desafortunado) contacto con el ilusionismo.
Años después, Arthur es aprendiz de un prestidigitador cuyos asombrosos trucos consiguen que las sillas dancen a su alrededor, las tazas de café se llenen solas y de los pañuelos surjan pájaros plateados. Sin embargo, a Arthur los trucos ya no le bastan; lo que desea es ir más allá: dominar el arte de la magia y desafiar la realidad.
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