El espacio y la atmósfera



El espacio se crea sobre todo con la descripción.

La atmósfera es un lugar social y psicológico, una forma subjetiva de describir el espacio por parte del narrador.

Muchas veces esa descripción emocional del entorno se desplaza desde la mirada del narrador a la de los personajes. De esta forma, ese espacio nos está ayudando a caracterizarlos.

Las principales funciones del espacio son:

1. Rítmica:
La descripción:
  • Remansa el ritmo después de un pasaje de acción.
  • Dilata la espera en un momento crítico, provocando la intriga del lector.
  • Sirve como obertura del libro o de cada capítulo.

2. Argumental:
El espacio desempeña a veces una labora muy importante en la arquitectura argumental del relato. Por ejemplo:
  • Los viajes y desplazamientos constituyen un punto álgido en la acción o marcan la evolución del argumento.
  • El espacio descrito -una casa, por ejemplo- no cambia, pero sostiene el esqueleto argumental: la historia se apoya en el espacio para desarrollarse.
  • Hay lugares que son el símbolo de un personaje hasta el punto de que lo caracterizan.

3. Simbólica:
Los espacios-símbolo enriquecen la narración y sirven para apoyar la idea en torno a la que gira el argumento.


Las ciudades reinventadas son ciudades reales que la ficción reinventa para que las habiten sus personajes.

Lecturas recomendadas:

La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza: la Barcelona de las dos Exposiciones Universales, la del 1888 y 1929

Obabakoak de Bernardo Atxanga: el mundo rural vasco.

La saga del inspector Wallander de Henning Mankell: la pequeña localidad Ystad caracteriza al personaje. El retrato de Suecia que hace Mankell es acorde con los casos que debe resolver Wallander.

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Caracterización, carácter o características