Entrevista a Andrés Pérez Domínguez
Una nueva entrevista. Esta vez al escritor Andrés Pérez Domínguez. Agradecer la predisposición de Andrés en responder la entrevista que en cuanto se lo propuse no dudó en colaborar. Muchas gracias.
Andrés Pérez Domínguez, Escritor español, nacido en Sevilla en 1969. Autor de las novelas El violinista de Mauthausen (Premio Ateneo de Sevilla 2009), El síndrome de Mowgli (Premio Luis Berenguer, Algaida, 2008), El factor Einstein (Martínez Roca, 2008), La clave Pinner (Roca Editorial, 2004), las novelas cortas Los mejores años (Premio José Luis Castillo-Puche, 2002) y Duarte (Premio Tierras de León, 2002), las colección de cuentos El centro de la Tierra (Paréntesis, 2009, finalista del premio Setenil), Estado provisional (Premio Ciudad de Coria, 2001), y el relato Ojos Tristes (Premio Internacional de Cuentos Max Aub, 2001).
Al escribir, ¿Papel u ordenador?
-Prefiero el papel, y a ser posible con pluma. Luego lo voy pasando al
ordenador. Me gusta escribir a mano el primer borrador de mis libros.
¿Todo planificado, estructurado, pensado o dejando libertad a la
improvisación?
-Ambas cosas. Planifico al menos hasta tener claro adónde quiero llegar.
Pero la experiencia me ha enseñado que una vez que empiezas a trabajar la
propia escritura te lleva por caminos que no habías previsto, y eso es
fantástico. Cada vez planifico menos a largo plazo aunque mantengo la
planificación a corto plazo. En realidad, escribir es un poco como vivir: una
mezcla de lo que deseas, lo que planificas, el azar, de vez en cuando dejarte
llevar y la certeza absoluta que algún día se acabará todo.
¿Un lugar concreto para escribir o cualquier sitio es bueno?
-Si estoy en casa, en mi despacho. Si estoy de viaje, la sala de espera
de un aeropuerto o una estación, el vagón de un tren, la habitación de un
hotel... Me bastan un cuaderno y un bolígrafo o una pluma.
¿Con música o en silencio?
-En silencio. Al menos en mi despacho. Necesito mucha concentración y la
música me distrae. Pero he escrito en terminales de aeropuertos y estaciones y
he conseguido aislarme. Será porque al viajar voy predispuesto a ello.
¿En cualquier momento o a una hora determinada del día?
-Por las mañanas, generalmente. No hay problema si tengo que hacerlo por
la tarde, por la noche, o incluso de madrugada, pero procuro ser muy estricto
con mis horarios. El oficio de escritor tiene mucho de disciplina monacal.
¿Qué aparece primero en la inspiración: la historia o los personajes?
-Ambos. A mí se me ocurren al mismo tiempo. Una historia determinada
para un personaje concreto. Luego hay que afinar mucho, y a veces la historia
te pide unas características determinadas en un personaje, o al revés, el
personaje te pide algunas particularidades en la historia. Pero siempre van de
la mano.
Qué presenta más complicaciones, ¿Primera o tercera persona como
narrador?
-Más que complicaciones, yo diría que ventajas e inconvenientes. La
primera persona te permite más libertad y una mayor introspección pero te
limita el punto de vista. Y la tercera persona te proporciona una mayor
distancia. En mi caso, procuro meterme en el alma de cada personaje y aunque
sea una tercera persona acaba siendo casi como una primera persona cuando la
narración se apoya en cada uno de ellos.
Tus novelas tienen un alto contenido de elementos históricos, por tanto
se requiere una fase de documentación. ¿Cómo la valoras?
-No todas mis novelas están ambientadas en una época histórica del
pasado, aunque sí algunas muy conocidas. La documentación es muy importante
para mí, pero no sólo sobre un periodo histórico. Cuando escribí El síndrome
de Mowgli me documenté a conciencia sobre el boxeo. Lo importante en la
documentación es que ésta no ahogue la historia, ser capaz de que en la novela
al final sólo aparezca la punta del iceberg, por muchas cosas que terminen
quedándose fuera.
¿Alguna manía, superstición, fetiche al escribir?
-No, ninguna.
Hay actores que dicen que nunca se ven las películas que hacen. En tu
caso, una vez publicada la novela, ¿la lees como un lector más?
-No, no suelo hacerlo. Mi trabajo termina una vez que el editor la
publica y la entrega a los lectores. Alguna vez lo he hecho pero prefiero pasar
a otro asunto.
¿Cambiarías algo de tus libros ya publicados? ¿Algún detalle, alguna
frase, algún personaje?
-Seguramente. Dicen que se publica para dejar de corregir. Si no, los
escritores siempre estaríamos corrigiendo. Procuro, si la novela se reedita,
corregir alguna errata o algún dato incorrecto si lo hay (eso suelen
señalártelo los lectores enseguida), pero no más.
Para leer, ¿libro en papel o electrónico?
-Yo soy del papel. No niego que un libro electrónico tenga sus ventajas,
pero no es para mí.
¿Proyectos?
-Estoy
metido de lleno en el primer borrador de una nueva novela, pero aún tardará en
terminarse y en publicarse. Tengo algunas colecciones de cuentos y varias
novelas cortas que me gustaría que vieran la luz. Ya se verá. Nunca hay que
tener prisa por publicar.
Un libro para llevar
a una isla desierta
-Es
una pregunta complicada. Tengo muchos libros favoritos, y dependiendo del
momento me gusta más un tipo de lectura que otra. Así que no sería uno solo.
Procuraría llevarme mi biblioteca entera.
Enhorabuena por esta sección de entrevistas. Me parecen muuuuy interesantes. Gran idea de repetir las mismas preguntas a todos, por el aquel de comparar. Sigue así ;)
ResponderEliminarGracias Jorge! Lo cierto es que me pareció interesante repetir las preguntas para ver las diferencias de hábitos de los escritores.
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