Reseña: La restauradora de Amanda Stevens
El argumento prometía, pero luego, a medida que vas leyendo, todo se va al traste, aunque he de decir que el final algo ha mejorado la opinión general del libro.
Vamos por partes. La novela narra la historia de Amelia Gray que se dedica a restaurar cementerios y que tiene el don de ver fantasmas. Este don le viene de familia, su padre también tiene el mismo don y le transmite una serie de normas. Amelia trabaja en la restauración de un cementerio en el que aparece una mujer asesinada y un policía con el que establece una extraña conexión: Devlin. Amelia y Devlin llevarán a cabo la investigación de los asesinatos, con la constante presencia de fantasmas que rodean al policía.
Hasta aquí, bien. La trama me sedujo, lo que ocurre es que hay algunos errores que rompieron mi idilio con la novela.
Los personajes: Amelia es una mujer llena de clichés: miedosa, aburrida, sumisa, romántica. Salvo su don, su personalidad no aporta nada a la novela. Y luego hay demasiados secundarios que rodean a Amelia que confunden al lector.
La novela está escrita en primera persona, por tanto, la narración recae sobre Amelia Gray. La primera persona hay que saber muy bien como conducirla, sobre todo en las descripciones. Al inicio de la novela, Amelia se describe a ella misma de esta manera: “la gente me considera bastante guapa. Rubia, ojos azules, buena presencia y unos labios apetecibles”. No, un personaje no puede autodescribirse a sí mismo de esta manera. ¿La gente? ¿Qué gente? ¿Rubia, ojos azules, buena presencia es sinónimo de guapa? ¿Qué es buena presencia? ¿Y uno mismo se ve con los labios apetecibles? Me parece una autodescripción horrorosa. Uno puedo tirar de comentarios de otras personas para dar detalles de uno mismo: "Mi padre siempre me decía que tenía un físico...", por ejemplo.
Bien, Amelia tiene ese don de ver fantasmas. Hasta aquí todo correcto. Lo descubre un día que está con su padre y éste le dice que hay una serie de normas para protegerla... pero solo le dice unas pocas. Y en todo el libro (que repite hasta la saciedad las normas de su padre) no nos dice cuáles son las otras. ¿Un padre que quiere proteger a su hija no le dice todas las normas? Poco creíble.
Y bajo este don, Amelia siente una presencia oscura, maléfica, que se mueve entre las sombras. Pero su reflexión a la hora de valorar lo que ha notado es.... "habrá sido producto de mi imaginación". ¿Perdona? ¡Llevas toda la vida viendo fantasmas y cuando notas algo poderoso dices que es tu imaginación? Aquí el personaje pierde toda credibilidad.
No veo muy claro la colaboración que le pide la policía a Amelia.
La inexplicable enamoración de Amelia hacia Devlin, que incluso siente que es el hombre de su vida, cuando apenas trata con él.
La constante repetición de que cuando se tocan se queda sin respiración. Hay miles de formas de expresar esa sensación de pasión que uno puede sentir.
De nuevo la autodescripción: Amelia se dice a ella misma justifica su escasa relación a su "carácter antisocial" cuando se tira toda la novela relacionándose con amigos y sus familiares, y además con gran simpatía. No cuadra con ese perfil.
Si puedo decir que el final me ha gustado, cerrando el tema de la investigación y la del pasado del policía de forma correcta.
La novela forma parte de una trilogía, pero no creo que lea los dos siguientes libros.
En general me ha defraudado.
Puntuación: 1/5
Sinopsis:
Amelia Gray tiene veintisiete años y desde los quince puede ver fantasmas. Heredó el don (o maldición) de su padre, y también a través de él supo las reglas que todo médium debe respetar para poder serlo y llevar una vida tranquila: no alejarse de los campos santos, ignorar la presencia de fantasmas a su alrededor, aunque quieran hacerse presentes, no relacionarse con personas a las que los espíritus acechan. Amelia se dedica a restaurar cementerios de valor histórico artístico y con ello cumple con una de las reglas que su padre le impuso en su momento también consigue llevarlas a rajatabla. Esto es, hasta que todo cambia. Un asesinato en uno de los cementerios en los que está trabajando la pone en contacto con un detective acechado. Y hay algo que la empuja a estar cerca de él, a pesar del peligro al que casi de inmediato se ve sometida. Los fantasmas del detective empezarán a amenazarla y ella deberá elegir entre sus sentimientos y su propia seguridad?
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