Relato corto: El gran fichaje

El gran fichaje


“Se acaba el culebrón del verano”
“El equipo se refuerza con el crack deseado”
“Se cierra el fichaje más caro”
“¡Fichado!”

        Aquel miércoles de septiembre los diarios se presentaron en los quioscos con la misma noticia, el esperado fichaje de Iván Creus. Esperado por todos, tanto por sus antiguos compañeros de equipo porque de una vez por todas acabase aquel suplicio, como por su nuevo equipo para así completar una plantilla de ensueño. Los titulares de los periódicos iban acompañados por la foto de Iván Creus apretando la mano del presidente como sello de acuerdo. Los telediarios de las principales cadenas dieron una gran cobertura a la noticia. Ahora venían las valoraciones típicas: que si el sueldo era elevado, que si la cláusula de rescisión exagerada, que cuatro años de duración del contrato eran muchos.
Iván era consciente que estaba en el punto de mira de los periodistas y la gente de la calle. No podía engañarse a sí mismo en cuanto a los nervios que sentía por la envergadura de su fichaje. Notaba la presión, pero había trabajado duro para estar donde estaba. Tuvo que hacer frente a una entrevista aquí, una rueda de prensa allá, una sesión fotográfica.
Todo eso estaba muy bien, pero soñaba con el día de su debut. Y por fin llegó el día. Tal como se esperaba de él, rindió al máximo nivel, no cometió ni un error y el equipo sacó a adelante la situación de forma magistral. Día tras día, su integración fue mejorando y los periodistas ya no cuestionaban su alto precio. Firmó varios contratos publicitarios: uno para realizar un anuncio de yogurt y el otro para ceder su imagen en un videojuego de la consola más avanzada del momento. Le llovían ofertas de otros países, pero él estaba bien ahí.
Todo fue bien hasta que en febrero tuvo cuatro malas actuaciones y comenzaron a lloverle críticas como una tormenta de verano. Marzo no mejoró mucho y los rumores sobre posibles salidas por las noches, relaciones con modelos e incluso el uso de drogas empezaron a tentarle. El presidente tuvo que realizar una rueda de prensa para notificar su total confianza en Iván Creus, justificar sus errores, como una falta de concentración y desmentir los rumores, anunciando que todo el equipo respetaba el código interno que existía.
Poco a poco la situación se fue tranquilizando gracias a unas grandes actuaciones de Iván Creus. Y llegó Junio, momento de hacer el balance del año. Salvo unos momentos difíciles, Iván valoraba positivamente los resultados. Le quedaba lejano ahora el mes de septiembre con los anuncios de su gran fichaje. Al igual que le quedaban lejos todos los años que habían supuesto un escalón para llegar a donde estaba ahora.
Se acordó de cuando estudiaba en el colegio, aquellos primeros aprendizajes que luego serían la base de su desarrollo. Luego vino el instituto donde empezó su afición por todo lo relacionado con el cuerpo humano. Claramente se decantó por las ciencias, las letras le aburrían. Llegó el momento más esperado por todos los estudiantes, la selectividad. Sacó muy buena nota y pudo acceder a su primera opción sin ningún problema: Medicina. Seis años de medicina que vivió a un ritmo frenético: exámenes, prácticas, amigos, fiestas, estudiando a altas horas con la taza de café al lado, sacrificio y más sacrificio. Los profesores veían en Iván un diamante, una joven promesa. El siguiente paso fue el MIR, Médico Interno Residente, el examen de 250 preguntas tipo test con una duración de cinco horas que estuvo preparando en una academia. Su nota estuvo entre los cinco mejores de aquella promoción. Accedió al segundo hospital más importante de su ciudad y allí estuvo como residente. Fue creciendo como profesional y aprovechó los momentos libres para preparar su tesis doctoral sobre el flujo de sangre en arterias en pacientes disléxicos y consumidores de cocaína. Aprobó la tesis y tuvo un gran éxito entre los profesionales. Convertido ya en doctor en Medicina recibió la primera gran oferta para formar parte del hospital de la capital. Iván vio claro su futuro y apostó fuerte por la cirugía, destacando en cada una de las operaciones. La prensa ya seguía sus pasos con atención. Estuvo cuatro años con cirugía general para luego decantarse por la cirugía cardiaca. Fue en ese momento en que recibió una oferta interesante por parte de un hospital inglés. Enseguida fue acogido por la prensa como la pieza que le faltaba al centro para formar un gran equipo de cirugía, pero siempre tuvo claro que volvería a su país y así fue como tras tan solo un año en Inglaterra le pusieron encima de la mesa la oferta millonaria del mejor hospital de cirugía cardiaca de España por 10 millones de euros por temporada y con una cláusula de rescisión de 60 millones. Y así fue como se anunció su gran fichaje. Ahora quedaban como anécdota aquellos malos momentos en febrero cuando cuatro operaciones no tuvieron éxito y se complicaron. Pero ahora, mientras veía su imagen en la portada del videojuego, Pro Revolution Medical 8, sonrió satisfecho de su carrera. La gente le pedía autógrafos y hacerse fotos junto a él, ya fueran niños, policías, profesores, futbolistas, pilotos de avión, camareros.
Se dirigió a la rueda de prensa del hospital tras realizar una operación de tres horas, preparado para la avalancha de preguntas de los periodistas. Uno de ellos volvió a relucir el tan delicado tema de los salarios y las cláusulas.
- ¿Cree desmesurado el salario que se os paga?
- Bueno, creo que no. Salvamos vidas. Me parecería desmesurado si fuera futbolista y me pagarán 10 millones de euros al año por pegar patadas a un balón.

Toda la sala rió y asintió.

Relato del libro "Relatos tendidos

Comentarios

  1. Ojalá fuera así, que se valorará más el trabajo de alguien que salva vidas que el de alguien que da patadas a un balón , sin desmerecer su mérito por supuesto.Me ha gustado tu relato así como la entrevista en el blog de Calíope que he leído con atención . Te sigo.

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    1. gracias Charo! Me alegra que te haya gustado tanto el relato como la entrevista.
      un abrazo

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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