Relato corto: El traficante de palabras



El silencio era denso. Tanto o más que aquella niebla que envolvía el lugar. 
Nadie lo frecuentaba. 
El lugar prohíbido, lo llamaban. 
Ethan caminaba despacio, temeroso de que sus pasos quebrasen el orden establecido. Procuraba pisar sobre suelo firma, aunque la cantidad de raices y hierba dificultaba el avance.
"¿Qué hago aquí?", se dijo. Pensó en su mujer, en sus tres hijos, en sus padres. "Es mejor volver".
Pero era consciente de que ya era tarde. 
Aquel edificio, medio derrumbado, tenía varias pisos. Todos ellos parecían tener la misma estructura. Albergaban estanterías vacías. 
Levantó la vista y vió el cielo que empezaba a oscurecerse. El techo se había caída hacia años, permitiendo que la lluvia fuera debilitando todo sus cimientos.
De repente, Ethan oyó un ruido. Alguien, menos cauto que él, caminaba con decisión.
- ¿Eres el cliente? -una voz grave resonó en aquel lugar desolado.
Ethan buscó a su alrededor el origen de la voz, pero no supo localizarlo.
- ¡Contesta!
- Sí -respondió rápidamente.
Una figura se acercó a Ethan. Tenía un sombrero que le tapaba la cara. Era alto y musculoso.
- ¿Has traído el dinero?
- Sí. 500 banks.
El hombre no dijo nada. Una leve brisa movió el pelo de Ethan, provocándole un escalofrío.
- ¿Y bien? ¿Qué palabra quieres?
Ethan carraspeó. Llevaba dos semanas mentalizándose para ese momento.
- Del máximo nivel.
La figura pareció analizar lo que acaba de decir Ethan. Llevaba una gabardina gris que se ajustó.
- Vaya, vaya. Vamos fuertes. Tendrás que darme 200 banks más.
- Los tengo - Ethan extrajo un sobre con el total de la suma.
El hombre los contó y, satisfecho, se lo guardó en un bolsillo interior. Sacó un cigarro y lo encendió.
- ¿Fumas? -dijo la figura.
Ethan frunció el ceño.
- Perdona, olvidaba que no conoces todas las palabras. ¿Consumes? 
- No. ¿Has dicho "fumas"?
- Sí, la acción de consumir el cigarro es fumar. Cambiaron el verbo para hacerlo más apetitoso a pesar de las enfermedades que provoca, pero claro, las tabacaleras perdían dinero y cuando se instauro la Bancocracia se dio prioridad a aquellos negocios, industrias, mercados que generesen dinero. ¿Sorprendido?
- Entonces es cierto que eliminaron ciertas palabras.
- Sí, así es. Pero veo que veo que eres reacio a mencionar el quien. Di mejor que fueron los gobernantes los que manipularon el lenguaje.
- ¿Por qué?
- Hay palabras que crean una idea y esa idea puede conllevar una acción. Cuando murió la democracia, el nuevo orden mundial fue la Bancocracia, es decir, los bancos eligen los gobernantes, el pueblo ya no vota. Pues bien, los bancos cuidan de que la gente siga una conducta que sea adecuada a sus intereses económicos y para ello era necesario modular un lenguaje más acorde y más manipulativo.
Ethan no respondió. Se frotó las manos. Tenía frío.
- ¿Dónde estamos?
- En una biblioteca. Fueron destruidas para que nadie pudiera recordar que aquí se podia acceder al significado de todas las palabras. Cuando decidieron eliminar palabras, retocar significados, cambiar verbos se dieron cuenta que lo primero era eliminarlas. 
El hombre tiró el cigarro al suelo y lo apagó con el pie. 
- Dime, dame un motivo para que te de una del máximo nivel.
Ethan dudó un instante. Podía explicarle muchas cosas. Que ultimamente sentía un hormigueo en su interiro ante ciertas situaciones. Que tenía palpitaciones, sudores, pesadillas. Muchas cosas. Pero lo cierto es que había una razón. 
- Tengo miedo de pensar.
El hombre se quitó el sombrero. Tenía una mirada dura. Una cicatriz en la frente. Moreno. 
Sonrió.
- Bien, eso está bien. Hacía tiempo que nadie me decía esto. Es un buen principio. Te voy a explicar una palabra que te cambiará la vida. Habrá un antes y un después. Sabrás que lo vivido hasta ahora no es tuyo. Si entiendes su significado tendrás mucho poder, demasiado, para lo bueno como para lo malo. ¿Quieres recibirla?
- Sí.
- Bien - el hombre se sentó en una piedra-, escucha: la palabra es Libertad, cuyo significado es...

Daniel Jerez

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