Normas para programar el tiempo



En el anterior post os hablé de las características del tiempo. Como escritores, algo muy importante es la programación del tiempo. Es una actividad que debe acabar siendo habitual y diaria. Veamos que te puede llevar a poder acabar esa novela que tienes en la cabeza:

- Ten siempre preparado tu programa antes de iniciar la jornada. Lo más cómodo es dedicar a esta actividad los últimos minutos de la jornada precedente. Se trata de decidir que parte de la trama vas a abordar, de que personajes vas a hablar, que documento debes consultar, que lugares debes visitar, qué llamadas hacer, etc...

- Programa tus actividades en función de los objetivos que quieras alcanzar. No cuentan las actividades, sino los resultados obtenida. No se trata de estar muy ocupado, sino de terminar lo que se hace. Acabar ese párrafo puede ser un gran objetivo del día.

- Elabora tu programa en torno a los temas esenciales. Respétalos y mímalos.

- Trata de acompasar tus actividades, en la medida de lo posible, a tus ciclos corporales. No se puede tener un alto rendimiento todo el día. Programa la fase de escritura para tus horas de mayor eficacia.

- Programa tu horario por escrito. Nuestra memoria es limitada. Tenerlos escritos aumenta, además, la implicación personal.

- Agrupa acciones y asuntos entre sí siempre que sea posible. Aumentarás tu concentración y tu eficacia. Si tienes que mirar por internet algún tema de la trama y consultar un libro, agrupalos yendo a la biblioteca y consultando allí internet y luego el libro.

- Mantén a la vista tu programa de actividades diarias.

- No vaciles en tomarte largos períodos de tiempo para tareas importantes. ¿Qué has dedica dos meses en conocer a fondo un escenario de la novela? Perfecto. No pasa nada.

- Asegúrate de asignar a cae actividad un tiempo suficiente, pero no excesivo: escribir, documentarte, pensar, repasar, corregir, reescribir.

- E incluye, también, un tiempo fijo para todo lo que te importe: afectos, amibos, desarrollo personal, diversión... sin todo esto, la creatividad se estanca.


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